sábado, 10 de octubre de 2009

EL FESTIVAL A SU SANTIDAD YA SE ACERCA. Aquí las Bases de Participación 2009


BASES DEL XXI FESTIVAL DEL PAPA DE LA PARROQUIA DE RINCONADA DE SILVA. AÑO 2009


LEMA: “EN EL AÑO SACERDOTAL, HONREMOS AL PAPA EN SU FESTIVAL.”

1. ARTÍCULO PRIMERO: Del tema en competencia.
1.1 Tema popular religioso católico, dedicado a la Santísima Trinidad, o al Padre celestial; o al Hijo; o al Espíritu Santo; o a la Santísima Virgen; o al Santo Padre; o a la Misión; o a la Eucaristía; o al sacerdote.
1.2 La letra y música deben ser conocidas, de cualquier compositor católico, en todas sus categorías.
1.3 Todas las canciones deberán venir escritas a máquina en 5 copias, más una lista, de los integrantes, si es grupo y del interprete y su lugar de procedencia; más una grabación en un CD del tema. Todo dentro de un sobre sellado.
2. ARTICULO SEGUNDO: De las categorías.
2.1 Las categorías se dividirán en:
a. Infantil, hasta los 15 años.
b. Juvenil adulto.
3. ARTICULO TERCERO: De la inscripción y otros.
3.1 Las canciones pueden ser interpretadas en forma individual o grupal.
3.2 La inscripción puede ser en la oficina Parroquial o al e-mail:
parroquiarinconadadesilva@yahoo.es
3.3 Las canciones han de ser entregadas antes del martes 20 de octubre, en la Parroquia de Rinconada de Silva.
3.4 En cada categoría se premiará la mejor canción e interpretación. El premio Festival es el Galvano Festival.
4. ARTICULO CUARTO: Del lugar, las fechas y el valor de las entrada
4.1 Este Festival se realizará en el Colegio F-97, ubicado en Calle 21 de Mayo con Calle del Río, cruzando el puente 21 de Mayo, los días sábado 24 de octubre (desde las 16 hrs.) y el domingo 25 de octubre (desde las 15;30 hrs.)
4.2 El valor de las entradas es el siguiente:
Adulto $500.-
Niños $200.-
4.3 Para mayor información, sírvase recurrir a la Parroquia de Rinconada de Silva, al fono 501138, celular 92483771 P. Juan Cortés, e-mail:
parroquiarinconadadesilva@yahoo.es

NOTA:
· Los participantes al concurso y al show no cancelan la entrada, SUS ACOMPAÑANTES SÍ.
· Podrán presentarse otros tipos de expresiones artísticas, como: Mimos, Danzas, Representaciones artísticas, Poesías. Manteniendo siempre el contenido del Lema y Objetivo. Con un tiempo máximo de 15 minutos. ESTAS CATEGORÍAS NO VAN A CONCURSO, SOLAMENTE AL SHOW.
· El Objetivo General de este Festival es: LA EVANGELIZACIÓN A TRAVÉS DE LA CULTURA.

SE ACERCA EL FESTIVAL DEL PAPA. Aquí las Bases del Concurso de Dibujos


BASES DEL CONCURSO DE DIBUJO DEL XXI FESTIVAL DEL PAPA
DE LA PARROQUIA DE RINCONADA DE SILVA
LEMA: “EN EL AÑO SACERDOTAL, HONREMOS AL PAPA EN SU FESTIVAL”


OBJETIVO: Motivar e interesar a los niños de la Catequesis de primera Comunión y escolares de 5 a 14 años a través del dibujo, sobre la persona del Señor, del Papa, de la Santísima Virgen, el Sacerdote y la Misión.

PARTICIPANTES: Pueden participar todos los niños que se encuentren en catequesis de primera Comunión el presente año, Monaguillos, y alumnos de colegios nacidos entre 1995 y 2004.

ESPECIFICACIONES TÉCNICAS:


1. El tema a desarrollar debe tener relación con el lema o con el Objetivo del Festival.
2. Los trabajos se podrán realizar en hojas de block, chico o grande-
3. La técnica a utilizar es libre: lápiz de color, témpera, acuarela, etc., para todas las categorías.
4. Los trabajos deberán identificarse al reverso con los siguientes datos personales:
a. Nombre completo.
b. Edad y fecha de nacimiento.
c. Colegio o capilla que representa.
d. Dirección personal.
e. Fono / e-mail
Nota: Sin estos datos, NO ENTRAN AL CONCURSO.


RECEPCIÓN DE TRABAJOS: Pueden entregarlos al encargado de Capilla, o a la Parroquia de Rinconada de Silva. A más tardar, el día VIERNES 23 DE OCTUBRE.

PREMIACIÓN: Los trabajos serán exhibidos en el Colegio de 21 de Mayo, como una forma de realzar y motivar la asistencia al Festival del Papa.

Se premiará los tres primeros lugares de cada categoría. (El criterio seleccionador será la originalidad), el día domingo 25 de octubre.
Las categorías son:
· De 5 a 6 años
· De 7 a 9 años
· De 10 a 12 años
· De 13 a 14 años.


¡PARTICIPA REPRESENTANDO A TU CAPILLA O COLEGIO!

EN LA SEMANA DE LA FAMILIA SE REALIZO EN LA DIOCESIS UNA EXCELENTE CONFERENCIA PARA LAS FAMILIAS


En San Felipe más de 200 personas asistieron a Conferencia sobre la FamiliaCon un éxito de convocatoria se realizó la Conferencia dictada por el Padre polaco Marek Burzawua y que fue organizada por el Obispado de San Felipe, en el marco de la celebración de la Semana de la Familia.


El pasado 08 de octubre se realizó la Conferencia denominada “La familia. Su realidad actual. Desafíos a la acción pastoral de la iglesia” y que dictó el actual Vicario Episcopal para la Familia de la Arquidiócesis de Santiago de Chile, padre Marek Burzawa, con un marco de público superior a las 200 personas.

En el Salón de actos del Colegio Vedruna de San Felipe se reunieron a partir de las 19 horas para conversar sobre el fortalecimiento de la familia y el matrimonio. En la oportunidad, el conferencista dijo que es importante que la sociedad en su conjunto tome conciencia de la realidad que vive la familia chilena, “sólo así podemos ofrecer acciones concretas para ayudarlas”.

En cuanto al fortalecimiento, manifestó que este fenómeno se puede dar mediante varios ámbitos, vale decir, desde el gobierno, los políticos, la Iglesia, y los propios padres, todos debieran estar en la misma sintonía.El padre Burzawua formuló un llamado a todas las familias en relación a que estamos hechos para vivir en familia y Dios nos ha llamado para vivir en el matrimonio.

“El ser humano se realiza en su vida familiar y matrimonial, los jóvenes no deben tener miedo al compromiso”.La conferencia estuvo presidida por el Obispo de Aconcagua, monseñor Cristian Contreras Molina y tuvo una duración de una hora y media aproximadamente.

El público presente quedó muy conforme con la calidad de la exposición, los que incluso al término de la conferencia realizaron algunas preguntas al Padre Marek Burzawa, las que fueron respondidas al momento por el sacerdote.

Mc 10,17-30

Recibirá cien veces másEl seguimiento de Cristo no sólo nos promete la felicidad eterna junto a Dios en el cielo, sino también la felicidad en esta tierra.

El episodio del joven rico, que nos propone la liturgia hoy, suele entenderse como un llamado a optar entre el gozo pasajero que ofrecen las riquezas de esta tierra y la felicidad eterna. En realidad, la opción es entre ese efímero gozo y la felicidad verdadera que da Cristo también en esta tierra. La felicidad que da Cristo es grande en esta tierra y luego plena en el cielo.

Lo que ofrecen los bienes de este mundo no es la felicidad y, en todo caso, dura sólo el tiempo de esta vida.El joven rico era un judío observante. Cuando Jesús responde a su pregunta sobre el modo de alcanzar la vida eterna, diciendole: «Ya sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes...», él le aseguró: «Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud». Estaba entonces ya bien.Pero, dice el Evangelio que Jesús «lo amó». De pocas personas se puede decir eso. Lo dice el Evangelio del discípulo amado, de Lázaro y de sus hermanas Marta y María. De los demás, a quienes el Evangelio llama «los suyos», lo dice en general: «Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo» (Jn 13,1).

Porque amó a ese joven de manera particular, por eso Jesús quiere darle la felicidad plena, la que comienza en esta tierra y alcanza su plenitud en el cielo. Y para eso le faltaba sólo una cosa: «Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme». La reacción de ese joven seguirá causando profunda pena a todas las generaciones de cristianos: «Él, abatido por esas palabras, se marchó entristecido, porque tenía muchas posesiones». No es que él haya perdido la vida eterna –esto no lo sabemos, aunque alcanzarla le va a resultar más difícil que lo que cuesta a un camello pasar por el ojo de una aguja–; lo que sí sabemos es que perdió la felicidad en esta tierra: «Se fue entristecido». Las posesiones que ese joven tenía no podían darle la felicidad en esta tierra, porque la felicidad no está allí. Esas posesiones le daban tristeza e insatisfacción. Por eso, pregunta: «¿Qué más tengo que hacer?».Es un error pensar que para alcanzar la felicidad eterna hay que renunciar a ser feliz en esta tierra. ¡Es, justamente, al revés! Para alcanzar la felicidad eterna hay que empezar a gozar de ella aquí en la tierra.

Lo que es cierto es que la felicidad en esta tierra no la conceden las riquezas. La felicidad consiste precisamente en no dejarse esclavizar por ellas y estar libres para seguir a Cristo. Si las riquezas de este mundo pudieran proporcionar algún gozo, entonces, dejarlas por Cristo y por el Evangelio proporciona un gozo -en esta tierra– cien veces mayor. Es una declaración solemne de Cristo: «Yo les aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora al presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna».

En las persecuciones, allí estaría el detalle que empaña tanta bondad. ¡No! Las persecuciones sufridas por Cristo y por el Evangelio son la fuente mayor de felicidad en este mundo.Comprender esta enseñanza de Jesús hasta el punto de ponerla en práctica (lo otro no es verdadera comprensión), eso es la sabiduría. Pocos la poseen. Su valor es tan grande que el autor del Libro de la Sabiduría escribe: «Preferí la sabiduría a cetros y tronos, y, en su comparación, tuve en nada la riqueza... Todo el oro, a su lado, es un poco de arena y, junto a ella, la plata vale lo que el barro... Con ella me vinieron todos los bienes juntos, en sus manos había riquezas incontables» (Sab 7,7-11).

Este domingo el Santo Padre canoniza en Roma a cinco santos. Uno de ellos es el Padre Damián de Molokai. Él tenía muchas posibilidades de disfrutar de los bienes de este mundo. Pero eligió ir a la isla Molokai (Islas Hawai), donde se había reunido a todos los leprosos, para anunciarles a Cristo y ayudarlos a morir santamente. Fue feliz allí. Contrajo la lepra y de ella murió a los 49 años.

Él escribía a sus amigos: «Mi mayor dicha es servir al Señor en sus pobres hijos enfermos, repudiados por los otros hombres». Y, una vez contraída la lepra: «Estoy feliz y contento y, si me dieran a escoger la salida de este lugar a cambio de la salud, respondería sin dudarlo: Me quedo con mis leprosos». ¡Qué contraste con el joven rico! Si lo hemos entendido es que se nos ha concedido la sabiduría.

† Felipe Bacarreza RodríguezObispo de Santa María de Los Ángeles

HOMILIA DEL DOMINGO 11 de OCTUBRE 2009.




¿Cuáles son nuestras aspiraciones, la verdadera sabiduría de nuestra vida?




Sap. 7, 7-11; Sal. 89; Heb. 4, 12-13; Mc. 10, 17-30


Material de Reflexión del Evangelio del Domingo, Enviado por nuestro Amigo el Presbítero Padre Carmelo Hernández Desde Islas Canarias. Tenerife España.

Se cantaba hace unos años una canción que en cierto modo reflejaba lo que eran las aspiraciones normales de la gente ¿la recordáis?, ‘tres cosas hay en la vida, salud, dinero y amor…’ Era algo así lo que decía. Muchas veces escuchamos a la gente decir ‘si yo tengo salud, lo tengo todo…’, pero detrás de esto quizá, unos lo confiesan y otro no, también está lo de aquella película ‘si yo fuera rico…’
porque en el fondo también apetecemos el dinero, la riqueza, la suerte y cosas así.Con esto que estoy diciendo de alguna forma estoy planteando cuáles son en verdad las aspiraciones que tenemos en la vida. Que no digo que para todos sea eso que hemos dicho de la salud, el dinero o la suerte, pero sí es bueno que con sinceridad, poniendo la mano en el corazón, nos los planteemos. Porque aunque seamos buenos y tengamos buenos ideales o metas en la vida, algunas veces se nos entremezclan otras muchas cosas.
Eso es lo que vemos hoy también en la Palabra de Dios.Efectivamente la Palabra que escuchamos este domingo nos plantea esos interrogantes por dentro y quiere iluminar nuestra vida, como siempre quiere hacerlo la Palabra de Dios. Decir de entrada, con lo que nos ha dicho la Carta a los Hebreos que ‘la Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo… y juzga las intenciones del corazón’. Bueno es que recordemos esto porque algunas veces queremos escuchar una Palabra desangelada y nos molesta cuando toca la fibra más íntima de nosotros mismos en aquello que quizá más nos duele. ¡Que no se meta en esas cosas!, protestamos algunas veces.Al preguntarnos por nuestras aspiraciones y deseos nos estamos preguntado por la sabiduría de nuestra vida.
Sí, la sabiduría no es simplemente las muchas o pocas cosas que hayamos aprendido o sepamos, sino que es algo más hondo que viene a definir el sentido que le hayamos dado a nuestra vida. Por eso nos hemos de preguntar ¿cuál es nuestra sabiduría? ¿qué sabiduría le pediríamos a Dios?Es proverbial la sabiduría de Salomón en el Antiguo Testamento y hasta Jesús nos dice en el evangelio que la reina del Sur, de Saba, vino a conocer la sabiduría de Salomón, cuya fama había traspasado todas las fronteras del mundo antiguo. Fue lo que le pidió a Dios cuando el Señor le dice que le pida lo que quiera. ‘Da a tu siervo, le responderá Salomón, un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien…’ Lo que fue del agrado de Dios. Hoy la primera lectura – y es un anticipo que nos prepara para escuchar el evangelio – nos ha hablado de la Sabiduría, ‘del espíritu de Sabiduría, preferida a cetros y tronos y en su comparación tiene en nada la riqueza…
todo el oro a su lado es un poco de arena y junto a ella la plata vale lo que el barro… la quise más que la salud y la belleza…’ termina diciéndonos. Ahí vamos teniendo respuesta a lo que nos planteábamos desde el principio, aunque fuera recordando viejas canciones. Y todo esto nos prepara para el evangelio. Ahí encontramos lo profundo del mensaje. Un mensaje que nos presenta a un hombre inquieto, que es bueno, que se hace preguntas importantes en su interior, que no estaba satisfecho con el mero cumplimiento y aspiraba a algo más, aunque luego sus apegos le impidan dar el paso adelante.Iban de camino – una vez más se nos presenta esta imagen significativa de ir de camino siguiendo a Jesús - cuando alguien se presenta y pregunta: ‘Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?’ La petición o pregunta es importante. No busca satisfacciones para el momento, pregunta por la vida eterna. Hay que subrayar como algo muy positivo el llegar a hacerse esa pregunta.
No todos se la hacen porque vivimos demasiados apegados al presente. Y es que además, a la respuesta de Jesús – ‘ya sabes los mandamientos…’ – él responde que los ha cumplido desde pequeño. Es bueno, pero no se contenta con lo bueno que ya hace. Para él no es sólo cumplir. Aspira a más. ‘Jesús le mira con cariño’, se emociona, nos dice el evangelista. Viene lo difícil, la meta alta que Jesús propone. Más tarde nos dirá que ‘para los hombres es imposible, pero no para Dios’. Luego, contando con Dios, dejándonos conducir por El, con la fuerza de su Espíritu no es algo irrealizable. Más nos dirá Jesús cuando nos señala que para quien lo ha dejado todo ‘en la edad futura tiene asegurada la vida eterna’. ‘Una cosa te falta, le dice Jesús, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme’. Desprenderse de todo, de estos tesoros materiales, para tener un tesoro en el cielo. Desprenderse de todo para compartir con los pobres, para seguir, liberados de todo apego, a Jesús. ‘A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico’. Quien venía con ilusión de algo grande, no fue capaz de dar el paso que le pedía Jesús. Sus riquezas, sus posesiones, sus cosas estaban muy apegadas a su corazón. ‘¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!’ Pero los ricos no son sólo los que tienen muchos bienes o riquezas, sino los que tienen muchos apegos de los que no saben desprenderse. ¿Eres pobre o eres rico? Quizá te consideres pobre porque no tienes grandes riquezas ni bienes, pero analiza bien cuántos apegos tienes en tu corazón.
Cuántas cosas de las que no te quieres desprender. Cuántas cosas sin las cuales no te puedes pasar porque, dices, serías un infeliz. Cuántos sueños y cuántos castillos en el aire construidos en tu mente y tu pensamiento que no te llevan a nada. Cuántas cosas que te quitan el sueño sin ser realmente importantes. Cuántas rutinas que no te dejan levantar el vuelo. Cuántas cosas que te atan a una vida monótona y te impiden plantearte qué más puedes hacer. Cuánto quedarte sólo en el cumplimiento y en el vacío interior… Mucho más podríamos decir.
Despréndete, despójate de cosas innecesarias; interrógate por dentro y no temas dar el paso a más. Seguir a Jesús no es quedarnos en una vida ramplona y rutinaria. Encuentra en Jesús la verdadera sabiduría que dé auténtico sentido y valor a tu vida.