viernes, 25 de septiembre de 2009

HOMILIA DOMINGO 28 de Septiembre 2009


Descubre y valora lo bueno del otro y haremos entre todos un mundo mejor


Núm. 11, 25-29; Sal. 18: Sant. 5, 1-6; Mc. 9, 38-43.45.47-48


El seguimiento sincero de Jesús, dejándonos iluminar por su Palabra y poniendo en práctica todo aquello que no enseña, es una fuente de riqueza grande para nuestra vida y donde todos a la larga nos vamos a sentir beneficiados. No entiendo cómo algunos ven todo esto de la fe y la vida cristiana como una carga pesada, porque, dicen, todo esto de la fe les coarta su libertad y su vida.


Yo lo veo más como un enriquecimiento de la persona en camino de plenitud y como cultivo de muchos valores que nos van a posibilitar, incluso, una mejores relaciones humanas entre unos y otros. La fe, con su convencimiento grande y profundo que nos puede hacer capaces de llegar a dar la vida por esa fe, sin embargo, nos hace ser más abiertos y generosos con los otros porque, desde nuestro amor cristiano, nos llevará a valorarnos y respetarnos más, a saber descubrir siempre lo bueno del otro y nos capacita para saber colaborar con él en todo eso bueno que hace nuestro mundo mejor y a todos, en consecuencia, más felices.Sí, valoremos y respetemos, porque de lo contrario podemos tener la tendencia o tentación de creernos nosotros los mejores y los únicos, y cerrar los ojos para no ver lo bueno que tienen los demás. Digo, esto es una tentación y algo además que estamos demasiado acostumbrados a ver en nuestro derredor.


¡Cuándo llegaremos a ser capaces de ver lo bueno del otro, incluso en nuestro mayor contrincante o adversario! Demasiado vemos en cualquier debate o discusión, a todos los niveles, que nunca se es capaz de dar la razón en algo al otro; como es mi adversario, que piensa distinto a mí, nunca seré capaz de encontrar nada bueno en lo que los dos podamos colaborar en una misma dirección.


¿Por qué actuaremos así? ¿Será el miedo, el desconocimiento del otro, la desconfianza? ¿Será una falta de amor verdadero? ¿Por qué nos hacemos tan intolerables e intransigentes? ¡Cuántos recelos en todos los ámbitos de la vida! ¿Será quizá una manifestación larvada de nuestras propias inseguridades, que queremos ocultar tras una apariencia de firmeza? ¿Una expresión de orgullo? ‘Preserva a tu siervo de la arrogancia’ podríamos pedir al Señor con la oración del salmista.Tanto el libro de los Números del Antiguo Testamento – la primera lectura de la Eucaristía de hoy – como el Evangelio nos iluminan en este sentido. Habían sido escogidos y convocados setenta ancianos para recibir el Espíritu del Señor y ayudar a Moisés en la tarea de gobernar al pueblo.


Dos no asistieron a la convocatoria y sin embargo ‘también el Espíritu se posó sobre ellos y se pusieron a profetizar en el campamento’. Josué, el ayudante de Moisés, lleno de celo, le dice a Moisés, ‘prohíbeselo’, pero Moisés le respondió: ‘¡Ojalá todo el pueblo fuera profeta y recibiera el Espíritu del Señor’. El Evangelio nos habla de cómo uno de los discípulos le cuenta a Jesús que alguno en su nombre echaba demonios y curaba enfermos. ‘No es de los nuestros’, le dice ‘y se lo hemos querido impedir’.


Pero Jesús le replica: ‘No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro’. Nos entran esos celos algunas veces a nosotros también. Pero Jesús nos está enseñando que tenemos que descubrir, aceptar y valorar todo lo bueno que hacen los demás. Porque hasta la más mínima cosa buena que se haga tiene su valor y su recompensa. ‘El que os dé a beber u vaso de agua porque seguís al Mesías, os aseguro que no quedará sin recompensa’. ¡Qué terribles somos con nuestros recelos y desconfianzas! Creo en verdad que nuestro mundo sería mejor si todos pusiéramos siempre nuestro granito de arena de bondad, de confianza, de colaboración en lo bueno que se realice, sabiendo aceptar en consecuencia lo bueno por pequeño que sea que hagan los demás.


Nos haría más felices a todos. Esa limpieza del corazón, del que hemos quitado toda la malicia de la desconfianza, nos haría mejores y haría mejor este mundo concreto en el que vivimos. Que nuestros ojos estén siempre prontos para tener una mirada limpia; que nuestras manos se tiendan siempre generosas para tender lazos de paz y armonía, para ayudar a levantar al caído o servirle de apoyo en su tambaleante caminar por la vida a causa de sus debilidades y flaquezas; que nuestros pies sean ligeros para ir al encuentro del otro, o para saber caminar a su paso alentando a los que se sienten más débiles o más cansados; que nuestros labios no tengan palabras sino para bendecir, para decir bien, palabras para desear la paz, palabras de amor y amistad, palabras de aliento y de ánimo para sembrar siempre esperanza en el corazón de los otros.


¡Cuánto necesitamos que hagan eso los demás por nosotros, pues que nosotros seamos capaces de hacerlo generosamente por los demás!Jesús nos dice hoy en el evangelio que si nuestros ojos, nuestras manos o nuestros pies nos van a llevar al mal, mejor nos los arranquemos que para eso merece más estar ciegos, cojos o mancos. Que nunca nuestros pasos, nuestras manos o nuestros labios promuevan, ni siquiera inconscientemente, división, enfrentamiento, resquemores, desconfianza. No puede ser ese nunca el camino de los que siguen a Jesús. Ya es triste que haya de todo eso en nuestra sociedad y que algunas veces aparezca hasta en nuestros grupos cristianos.


Recogiendo el sentir de Jesús yo diría que sepamos utilizar nuestra vida, lo que somos o lo que tenemos, para lo bueno, para conseguir más paz y más amor, para sembrar esperanza e ilusión, para hacer un mundo mejor. Corta y despréndete de lo que te hace caer en pecado para que sigas viviendo en cristiano. Incluso, aquellos bienes o riquezas que poseas no te sirvan nunca para llenarte de orgullo y arrogancia ni para encerrarte en ti mismo de forma egoísta e insolidaria, sino que te valgan siempre para obrar rectamente y en justicia, para poner solidaridad en tu corazón y aprender a compartir generosamente con los demás, como nos recuerda hoy el apóstol Santiago.


Es como un reto que nos pone Dios en nuestra vida. Para eso nos ha dejado su Espíritu.

PREPARANDO EL FESTIVAL DEL PAPA 2009. EN NUESTRA PARROQUIA


XXI FESTIVAL DEL PAPA
DE LA PARROQUIA DE RINCONADA DE SILVA

“EN EL AÑO SACERDOTAL, HONREMOS AL PAPA EN SU FESTIVAL”


Ya es una tradición que durante el mes de octubre, la Parroquia “Nuestra Señora del Carmen” de Rinconada de Silva organiza el “Festival del Papa”, evento religioso-cultural que con el correr de los años se ha ido consolidando en nuestra zona, y que convoca a las fuerzas vivas de nuestra parroquia y también a representantes de otros lugares de la diócesis e incluso de fuera de ella. Este evento se realizará los días 24 y 25 de octubre próximo , como ya es habitual, en la Escuela del Sector 21 de Mayo, en Quebrada Herrera, con gran afluencia de público, proveniente de Rinconada de Silva, Putaendo, San Felipe y alrededores.

El presente año tendrá lugar la 21ª versión del certamen, que tiene por lema: “EN EL AÑO SACERDOTAL, HONREMOS AL PAPA EN SU FESTIVAL”. El lema esta vinculado a la celebración del AÑO SACERDOTAL iniciado por S.S. Benedicto XVI el pasado mes de junio, año de especial oración por la santificación y fidelidad de los sacerdotes. También se enmarca necesariamente en el espíritu de la MISION CONTINENTAL, que está viviendo la Iglesia Católica en toda América, tras la Conferencia de Aparecida; y en el inicio de los festejos del Bicentenario.

Del mismo modo, tendrá un carácter marcadamente emotivo para recordar al iniciador de la celebración del Festival del Papa, el R. P. Hugo Cornelissen, Misionero de la Transfiguración del Señor, fallecido el 23 de agosto del presente año.

En 1988, tras haberlo realizado con mucho éxito en la Parroquia de El Belloto y en acción de gracias por la visita del Papa Juan Pablo II a Chile en abril de 1987, el P. Hugo, en ese entonces Párroco de Rinconada de Silva organiza el primer Festival del Papa en nuestra Parroquia. Con el correr de los años, y a pesar de los reducidos medios con que cuenta para su realización, el Festival del Papa ha ido manteniéndose en el tiempo, y perfeccionándose a fin de evangelizar utilizando las manifestaciones de la cultura, y de esta forma honrar la persona del Santo Padre, Vicario de Cristo, en la actualidad el Papa Benedicto XVI, a fin de conocer y amar su persona y defender sus enseñanzas.

Es así como en el Festival del Papa, diversos grupos e intérpretes participan en la Competencia con sus composiciones, las cuales siempre están orientadas a entregar un mensaje cristiano. También es importante el show, que ha ido alcanzando un significativo nivel, gracias a la participación de conjuntos folklóricos e intérpretes de diversos estilos musicales, y también cantantes evangelizadores, como por ejemplo la Sra. Teresa Bas Mayo, quien nos deleitó el año pasado con su hermoso canto de oración. Tampoco quieren quedar ausentes algunos representantes de la Parroquia, tales como grupos de catequesis, adultos mayores, etc que presentan coreografías, obras de teatro, etc.

No podemos olvidar la realización del “Concurso de dibujo” en el cual participan alumnos de Colegios tanto del sector parroquial, como también de Putaendo y San Felipe. Los trabajos participantes, que siempre destacan por su simpatía y colorido se exponen y premian en la Escuela de 21 de Mayo durante el Festival, a fin de motivar la asistencia al evento.

El éxito de la organización y realización del Festival del Papa recae en la “Comisión Festival” presidida por el Párroco de Rinconada de Silva, P. Juan Cortés Malbrán, MTS, y conformada por laicos comprometidos de la Parroquia, que durante varios meses trabajan arduamente en preparar cada detalle de este evento que desea proyectarse en el tiempo para evangelizar alegremente con el canto, el teatro y el arte.


Escrita por el Señor. Dante Gutierrez.