martes, 20 de abril de 2010

La misa es monótona… ¡Menos mal!.. ARTICULO





Reflexión de José María Salaverri, sm


He escrito monótona, no aburrida. Las olas que sin cesar van rompiendo en la orilla son monótonas, pero ¡qué incansable belleza! Los ‘Te quiero’ que se dicen los que se aman de verdad, son monótonos, pero ¡qué inefable amor expresan!
Las tormentas ‘perfectas’ y los amores explosivos son espectaculares, pero se desinflan pronto, y tienden a dejar escombros. La monotonía de las olas, de los ‘te quiero’ y de la misa son belleza, amor… paz para el corazón.
Sí, menos mal que nuestra misa es monótona… aunque sólo hasta cierto punto. Las olas nunca se repiten del todo, cada ‘te quiero’ parece distinto y cada eucaristía tiene la necesaria variedad para recalcar lo esencial.
Recuerdo que recorriendo algunas ciudades de los Estados Unidos, me llamaba la atención los anuncios en la portada de las diversas iglesias cristianas no católicas que no tienen eucaristía. Les queda sólo la Palabra -que ya es mucho-, pero les falta la Presencia real. Para suplirla proponían ‘programas’ atractivos para el domingo: un predicador famoso, un tema polémico, un coro… Sonaba a marketing sagrado ¡a ver si viene gente! Para nosotros, católicos, el gran atractivo es ÉL, verdaderamente presente en la eucaristía.



A misa no vamos para escuchar a alguien, sino a encontrarnos con Alguien. Con nuestro Amor. Con ese Alguien que decidió quedarse misteriosamente con nosotros escondido bajo unas humildes apariencias. Alguien que se ha quedado para acompañarnos en el camino de la vida, bajando a nuestro corazón.



El Concilio Vaticano II pidió a todo cristiano “una participación plena, consciente y activa” en la eucaristía. El peligro es interpretarlo como ‘movida’. Veamos un poco:
Ante todo el sacerdote con su sacerdocio ministerial. No es el representante de la comunidad, es un ‘icono’ de Cristo. Por eso el sacerdote se ‘reviste’. No se disfraza para hacer el papel de Cristo. No es un showman que va a animar el espectáculo. ‘Revestirse’ es algo más que ponerse alba, estola y casulla. Se ‘reviste’ de Cristo para celebrar ‘in persona Christi’, como se nos enseñó en el seminario. Es decir para ‘desaparecer’en cierto modo como ‘tal’ persona, y poder transparentar al Señor. Nada fácil. Exige sobriedad, evitar palabrería, unción, sencillez. Y poner preparación y entusiasmo en la homilía.



Luego los cristianos con su sacerdocio común. ¿Cómo participar ‘activamente’? Hay una participación más ‘directa’: lecturas, ofrendas, oración de los fieles, tocar, cantar, pasar la bandeja, dejar limosna, ser acólito… Todo eso es necesario y exteriormente activo. Pero lo más importante es la consciente actividad interior. Preparar el corazón: voy al encuentro de un Amigo, en comunión con otros muchos amigos de mi Amigo. Llego a tiempo para serenar mi alma. Atiendo a las lecturas. Canto con toda mi alma.




Procuro identificarme con los gestos del sacerdote.¡Hay detalles tan significativos! Me identifico con la gotita de agua que se pierde en el vino de Cristo. Pongo mi vida en el cáliz y la patena al ofrecerse los dones. Contemplo la oculta presencia del Señor en la forma y el cáliz recién consagrados. Me uno a los diferentes ‘recuerdos’: la Iglesia universal, los difuntos, el ‘nosotros’ de la comunidad presente. El ‘Padre nuestro’ siempre nuevo. La paz dada con sobriedad y cariño. La mirada de fe a la forma que se me ofrece al comulgar: ‘El cuerpo de Cristo’ ¡nada menos!. Hago silencio para acoger al Señor. Salgo dispuesto a vivir mi fe y a ‘misionar’….
¡Tanta cosa ofrecida a mi ‘actividad’! Todo esto se va ‘descubriendo’ poco a poco… según va uno descubriendo cuánto me ama el Señor. No hay lugar para el aburrimiento. ¿Monotonía? Santa, feliz y activa monotonía. De un amor que no es simple sentimiento, sino admiración, alabanza, agradecimiento. Todo eso exige buena voluntad y una humilde petición: ¡Creo, Señor, pero aumenta mi fe y sobre todo mi amor!
JMS (15/03/2010)
TOMADO DESDE EL BLOG ESPAÑOL CATÓLICO:

Santiago Agrelo, obispo de Tánger. Pederastia y persecución


Carta del Obispo de Tánger sobre los ataques del laicismo a la Iglesia, que la acusa de pederastia:
“En medio” colocaron a la adúltera sus acusadores. “En medio” se quedó la mujer cuando los acusadores, uno a uno, se escabulleron, dejándola sola con Jesús. “En medio” pusieron a la mujer, pero a quien pretendían comprometer y acusar, a quien de verdad querían poner en medio, era a Jesús (Cfr. Jn 8,1-11).
Hoy, letrados y fariseos han colocado “en medio” al monstruo, al clérigo sorprendido en flagrante delito de pederastia, y no lo han llevado al tribunal competente para juzgarlo conforme a justicia, sino que se lo han llevado a su madre, a la Iglesia, lo han tirado como basura a sus pies, para ponerla “en medio” a ella, para avergonzarla a ella, para comprometerla y condenarla a ella.
Letrados y fariseos, gente estéril, senos que nunca han conocido la vida ni la ternura, pretenden que una madre condene a su hijo: si no lo condena, no es justa; si lo condena, no es madre.
Letrados y fariseos, arrogantes, soberbios e hipócritas, insisten en preguntar a la madre: “Tú, ¿qué dices?” Preguntan como si ellos fuesen inocentes del crimen que fingen perseguir. Y se lo pregunta a ella, a la Iglesia que, como supo y como pudo, ha intentado siempre educar en el amor y en la virtud a sus hijos. Se lo preguntan a la madre los mismos que han destruido a su hijo: los profetas de la revolución sexual, los que instigan a los niños a masturbarse, los mercaderes de pornografía, los expertos del turismo sexual, los que consideran la prostitución un trabajo y la castidad una aberración.
Hoy la Iglesia, como ayer Jesús, encara a los acusadores con la realidad de sus propias vidas: “El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra”.
Hoy como ayer, la Iglesia como Jesús, habrá de inclinarse para cargar con el peso de sus hijos, con la culpa de sus hijos, con la muerte de sus hijos. Cuando se incorpore, allí, “en medio”, estarán solos ella y sus hijos, con un dolor sin palabras y un amor sin medida.
+ Fr. Santiago AgreloArzobispo de Tánger
TOMADO DEL BLOG CRISTIANO ESPAÑOL:

LA ORQUESTA DE DIOS. MEDITACIÓN


Desde hace varios años he comprendido la importancia de meditar sobre el propósito de Dios al crearme. Esta pregunta fundamental surgió quizás un poco tarde en mi vida, hubiera sido tan bueno haber alcanzado este punto de madurez en edad más temprana. Así, de un modo u otro transité demasiados años por los caminos del mundo sin instalar esta esencial cuestión en mi interior.
Esta fundamental pregunta se resume en descubrír cual es la misión de nuestra vida, cual es el sentido de nuestra presencia en este mundo, pregunta difícil que supongo nunca podré responder de modo final y contundente. Sin embargo, el solo hecho de plantearme esta cuestión una y otra vez, hace bien a mi alma, le da un espacio para crecer.
Hace poco tiempo pude compartir unas horas con un extraordinario sacerdote de más de ochenta años, en una escondida casa rodeada de nieve y bosques en el norte de la ciudad de New York. Allí encontré algunas respuestas que pude resumir en una
meditación que titulé "La vida es misión". Pero también pude redescubrír ese día un escrito que había surgido de mi varios años atrás, que orientaba nuestra vida al sentido de pertenencia a una gran orquesta, "La Orquesta de Dios". Así comprendí cómo la vida en solitario no tiene sentido, si es que no nos ponemos al servicio de Aquel que nos ha enviado a este mundo, para el bien del conjunto.
Espero les agrade este trabajo que da imagen y música a las palabras, para abrir nuestra alma al significado de un texto que invita al amor.


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